El mora es uno de los árboles de mayor distribución en el continente americano, pues se le encuentra creciendo naturalmente desde las costas Pacífica y Atlántica del centro y sur de México, hasta el norte de Argentina, pasando por América Central y por todas las islas de las Antillas mayores y menores.
A pesar de su amplio rango de distribución sobre el territorio nacional, lamentablemente no es un árbol fácil de encontrar a causa de que su población desde hace muchos años ha sido víctima de una severa explotación, y de que la especie ha tenido enormes dificultades para recuperarse.
Es un árbol no muy grande, de tronco y ramas gruesas y de forma muy irregular y de copa bastante abierta y amplia.
Durante la estación seca cuando los árboles botan todas sus hojas y queda la retorcida ramazón desnuda, pareciera un árbol seco y muerto al que le cayó un rayo o algo parecido.
Su corteza es más bien lisa, blanquecina y con una gran cantidad de lenticelas o granitos muy notables,  dispuestas en cadenas horizontales que a veces pueden tener hasta 30 centímetros de largo. Además los árboles jóvenes poseen una fuerte tendencia a desarrollar muchas ramas tan gruesas como el mismo tronco.
Las hojas de la mora son simples, alternas y con el borde lleno de grandes dientes curvados hacia adelante como una sierra circular, aunque también hemos encontrado ejemplares de hojas con el borde perfectamente liso. En ocasiones el ápice o punta de la hoja es tan largo que puede abarcar más del 25% de la longitud total de la lámina.
Las hojas pueden medir de 10 a 15 centímetros de largo y se distribuyen en un mismo plano a ambos lados a todo lo largo de las ramitas terminales. Las hojas nuevas son de color rojo muy oscuro, casi café.
Hay una espina en cada uno de los puntos donde la hoja se une con la ramita. La presencia de espinas va disminuyendo paulatinamente conforme los árboles van envejeciendo. Sin embargo, también hemos encontrado algunos arbolitos de mora totalmente desprovistos de estas espinas.
Expilcamos aqui la forma en la que viven los distintos tios de plantas. Mas que nada la forma e la que se alimentan. A continuacion el proceso de fotosintesis.
Una de las características esenciales de la vida es el consumo de energía, ya que todos los procesos vitales sólo se producen si disponen de ella. Todos los vegetales obtienen esa energía de la luz solar. En ellos, el proceso de captación y transformación de dicha energía en compuestos biológicamente aprovechables (“alimento-energía”) se denomina fotosíntesis.
            Las plantas poseen un compuesto de color verde llamado clorofila (pigmento fotosintético) que tiene la capacidad de absorber energía de la luz solar y cederla para la elaboración (síntesis) de hidratos de carbono (almidón) a partir de dos compuestos disponibles en el medio: agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2). Este proceso fotoquímico produce además, oxígeno (02) que es liberado a la atmósfera y tiene fundamental importancia para la vida en general, ya que permite cumplir el proceso respiratorio.
            En símbolos la fotosíntesis se expresa:
      
                                                          Luz
                     CO2       +        H2O   --------------      (CH2O)n    +        O2
         Dióxido de carbono         Agua      clorofila      Hidrato de carbono     Oxígeno                          
                                                                                  Compuesto Energético

            El almidón producido representa una materia prima fundamental para la vida de los vegetales ya que, conjuntamente con los nutrientes obtenidos del suelo, permiten cumplir  los complejos procesos químicos y biológicos que permiten su existencia.
            Dado que los vegetales (productores) representan el primer eslabón de las cadenas alimentarías, los animales (consumidores) dependen inevitablemente de la fotosíntesis, de manera que prácticamente toda la energía que circula por los ecosistemas tiene su origen en la fotosíntesis. La cantidad de energía que de esta manera se acumula en forma de materia orgánica en la plantas verdes (productores), expresa la producción primaria que en valores medios aproximados y a lo largo de un año es de:

            102 x 109 t (102.000 billones de kg) de materia orgánica de plantas en los continentes.                    
            42 x 109 t (42.000 billones de kg) de materia orgánica de fitoplancton en mares y océanos. 
 
            A su vez, los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), cuyo origen está directamente vinculado a la materia vegetal (principalmente fitoplancton) que existía en el planeta hace millones de años, liberan al ser usados (combustión) energía de origen fotosintético.
            El proceso fotosintético representa un punto crítico de gran importancia dentro de los ciclos naturales del carbono y del oxígeno y en general dentro de la trama de los ciclos biogeoquímicos.
            Muchos de los herbicidas empleados por el hombre para combatir malezas, y ciertos contaminantes, actúan inhibiendo la fotosíntesis y provocando con ello la muerte del vegetal. Se ha observado también, que un incremento de la radiación ultravioleta sobre los valores normales, ha provocado la inhibición de la fotosíntesis en los sistemas fitoplanctónicos disminuyendo su productividad y afectando seriamente el equilibrio de la red trófica.

Lugar de origen: Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay.
Etimología: Tanto Tipuana como tipu provienen de sus nombres populares indígenas.
Árbol semicaducifolio, corpulento, de 10 a 15 metros de altura, con la copa amplia, aparasolada y el tronco grueso con la corteza oscura, fisurada.
Ramas nuevas colgantes.
 Hojas imparipinnadas, de 10 a 20 cm de longitud. Poseen de 11 a 29 folíolos oblongos de 4 a 7 cm de longitud, de color verde-amarillento, con el ápice emarginado.
Inflorescencias en racimos axilares y terminales de 5 a 11 cm de longitud, con flores de color amarillo-naranja de unos 2 cm de diámetro.
Florece de Junio a Agosto.
Fruto en sámara de unos 4 a 7 cm de longitud, indehiscente, conteniendo 1 a 3 semillas rojizas.
Cultivo y usos: Se multiplica por semillas sin dificultad.
Árbol resistente, de rápido crecimiento y que admite bastante bien la poda.
Es buena especie para sombra. 
Hay que formarle la cruz bastante alta para evitar que sus largas ramas cuelguen hasta el suelo. 
Mediante la poda inicial de formación podemos abrir o cerrar la copa, no obstante, para un buen desarrollo del árbol necesita suficiente espacio. 
Sus raíces son agresivas, por lo que no se aconseja su plantación cerca de edificaciones.